JORGE ULLOA CORREA, fue un poeta inédito, nació en Linares, el 17 de Febrero de 1918, ciudad de la cual salió siendo muy niño. Fue el segundo hijo y único varón del matrimonio de Amanda Correa Morales y Jorge Ulloa Mella, sus hermanas se llamaron María Elena, Alicia, Lucía y Carmen. María Elena su hermana mayor fallece trágicamente a los 21 años en la ciudad de Santiago.
Sus estudios de Humanidades los hizo en Los liceos Blanco Encalada de Talca y Liceo de Hombres de Curicó, esta última ciudad fue donde residió principalmente su período de infancia y adolescencia. Rindió su Bachillerato en Letras, prueba de la cual salió aprobado con mención distinguida.
Curso primer año de leyes, en la Universidad de Chile, pero por especiales circunstancias dejó su carrera para ingresar al Servicio de Tesorería de la Republica en la ciudad de Chillán. En dicha ciudad se casó con Laura Huepe Godoy, hija de un inmigrante libanés, de familia muy renombrada en la Ciudad de Chillán. Tuvo 3 hijos varones: Jorge, Gustavo Adolfo y Víctor Hugo, este último el cual sufrió de poliomielitis.
Luego de la separación de su primera esposa, se traslada a la ciudad de Santiago desempeñándose como funcionario en la Dirección general de correos y Telégrafos y se vuelve a casar con Mercedes Flores.
Los dos hijos mayores Jorge y Gustavo Adolfo, son dejados al cuidado de familiares de su ex esposa Laura Huepe, perdiendo el contacto casi por completo con su padre. Mientras ella lidiaba con el proceso de rehabilitación de su hijo menor Víctor Hugo por las secuelas de poliomielitis.
Como poeta se inició en la Ciudad de Curicó, siendo aún un adolescente. Sus versos eran publicados en los Diarios “La prensa” y “Comercial” de dicha ciudad y en casi todos los periódicos y revistas de la zona.
Fue laureado en varias ciudades del país y en Santiago, entre otros Galardones literarios, obtuvo en 1971, el premio José miguel Carrera, otorgado por el Circulo y Hermandad que lleva el nombre de prócer.
Si bien, se mencionan en algunas biografías 2 obras publicadas y 3 inéditas, sólo se ha encontrado una: “Poetas de la sexta región” (con 6 poemas en uno de los 12 vates incluidos)
Tras jubilar en el año 1976, y luego de separarse de su segunda esposa se traslada a vivir a la ciudad de San Fernando. En esta ciudad se dedica a dar clases particulares de castellano y se desempeña como asesor literario de la casa de la Cultura de San Fernando. Se convierte en miembro del “Grupo poesía de Colchagua” y colabora habitualmente en los diarios del país.
Edmundo Concha en el año 1975, se refiera a su obra: “Su poesía profundamente sincera, desborda los marcos neorrománticos, y la descripción del paisaje para entregarnos su acento personal y telúrico. Amor y subjetivismo son las notas esenciales en las que se conjuga el destino de la patria y el destino del hombre”
En la ciudad de San Fernando, rehace su vida de pareja con María Elena, con quien convive hasta aproximadamente un año antes de su muerte, pues ella tras quedar gravemente enferma por un accidente vascular encefálico, es llevada al hogar de sus hijos para ser cuidada.
Jorge Ulloa Correa fallece el 1 de Junio de 1984, de un infarto agudo al miocardio. Sus hermanas y sobrinas se hacen cargo de su rito funerario, siendo sepultado en Santiago con su familia de origen.
Lo describe José Vargas Badilla de manera póstuma en 1984: “Fue poeta romántico, bohemio soñador. Un bardo enamorado del poema, puro, clásico, libre de las actuales corrientes. Cantó con profunda inspiración a la patria, al amor, a la mujer. Premunido de una extraordinaria sensibilidad fue tejiendo sus cantos por los caminos centrales de Chile.”
Dice Mario Pérez Arredondo en 1984 y después de su muerte: “A la hora de su fallecimiento estuvo sólo, solamente alguna personas de un modo muy singular despedimos de nuestra ciudad al poeta… Es por todo esto que ahora pregunto: ¿es el olvido, es la soledad un pago al poeta?”
En el año 2017, una de sus nietas, quien escribe; decide rescatar su obra, logrando recopilar 14 poemas entre textos y audios por el mismo grabados, los cuales estaban en manos de su querida sobrina Verónica Echeverría Ulloa. Ella estuvo con él hasta su último día y fue quien hizo posible la compilación de sus poemas.
MABEL ULLOA CERVANTES
Referencias
1. Pérez Arredondo, Mario. "Un adiós para el poeta" [artículo] / Mario Pérez Arredondo. En: La Región (San Fernando, Chile)-- jun. 9, 1984, p. 3.
2. Poetas de la sexta región. [artículo] En: El Rancagüino (Rancagua, Chile)-- feb. 20, 1981, p. 6.
3. Edmundo Concha: Jorge Ulloa: un poeta inédito [artículo] / E. C. En: Las Últimas Noticias (Diario : Santiago, Chile)-- abr. 19, 1975, p. 4.
Barquichuelo ilusorio, juguetito sencillo,
Carguero de quimeras, portador de ilusión;
Comentario de todos los primeros corrillos
Que hicimos cuando niños en algún callejón.
Velerito de ensueño, juguetito de niño
Que después de una lluvia te lanzaban al mar
De lagunas pequeñas que guardaban el brillo,
De una noche inocente bajo el cielo estelar.
Yo te vi cuantas veces alejarte tranquilo,
De mis manos infante como alguna ilusión;
Y soñaba que a bordo manejaban tus hilos,
Timoneles curtidos de tu tripulación.
Y soñaba con bailes en tus regios salones
Y vivía del encanto con grandioso festín;
Marineros borrachos con algunos galones
Apuraban los últimos sorbetones de gin.
Y soñaba que un viejo marinero atorrante,
Les contaba la historia del primer galardón;
Fue una noche decía, fue una noche galante,
Y cortaba la historia con un vaso de ron.
Y seguía diciendo que una noche en Tokio,
Conoció a una princesa que llegó de Cantón;
Y cortaba la historia y mirada al vacío,
Y seguía bebiendo en su vaso de ron.
Velerito de ensueño juguetito de niño,
Yo he sentido la orquesta de tu regio salón;
Princesitas envueltas en sus capas de armiño,
Capitanes galantes manejando el timón.
Hoy que ya mi tesoro se ha perdido en la vida,
Ilusiones, quimeras de mi hermoso vergel,
Solo pienso que toda tu visión ya perdida,
Se redujo a lo simple de un girón de papel.
Y muy pronto las lluvias del invierno cercano,
Formaran el atlántico de tu loco ensoñar;
Los muchachos ingenuos te tendrán en sus manos,
Te darán los adioses y te harás a la mar.
Vivirán el encanto de tus regios salones,
Gustarán la princesa que llegó de Cantón,
Soñaran con barallas, soñaran con galones
Y oirán al marino de los vasos de ron.
Pero yo que he perdido mi tesoro en la vida,
Con la regia locura de este siglo espacial,
Miraré a los muchachos, se abrirán mis heridas
Y no les diré nada si me advierten pasar.
Cuando me den tus labios el beso que germina
se volcará el cansancio que acumula mi alma
y verás como llegan a mi intenso crepúsculo
en bandadas inquietas los pájaros del alba.
Deja que tu alegría penetre a mi silencio,
para ver de mi espíritu florecer los retoños
como astillas de leña que ablanda su corteza
Para dar brotes nuevos en medio del otoño.
Cuando mis ojos tengan la luz de tus pupilas,
volverán los matices a mi existencia en calma
y al manantial de sombras que agoto sus reservas
volverán las corrientes cristalinas del agua.
Quiero de tu sonrisa tener el leve abismo,
para entrar al misterio que comienza en tus manos,
entonces cuando vuelva la alborada a mis versos
Sabrás que las caricias no se otorgan en vano
Estoy enamorado como un infante loco.
Desde el minuto eterno en que te diste a mi.
El deseo infinito como un molino rojo,
hace polvos mis sesos en homenaje a ti.
Tu mirada me abraza como a madera incauta,
como a raíz estéril, disecada y torcida,
como a reptil del trópico me obsesiona tu flauta
y mi cuerpo se incendia como bonzo suicida.
Soy el aventurero con los designios de loco,
soy el taladro de oro socavando tu vida;
mi cariño implacable como cautín al rojo
soldará el laberinto de tu honra perdida.
Tu mirada es el fuego propulsor de mi nave,
que ha de viajar al cosmos del deleite supremo.
Estoy liviano y leve como el vuelo del ave,
potente y silencioso como el golpe de remo.
Te quiero, Tú lo sabes, pero a veces prefiero
no haber amado nunca tus valles y tus cimas.
Eres como la tierra sinuosa y fecunda
jugosa, movediza, profunda y sensitiva.
Yo debiera nombrarte: “Pecado del pecado”;
Pero tal vez nombrarte “Sentido de la vida”
Estás liviana y frágil como el gusano alado,
ardiente y palpitante como surco de herida.
Quiero huir de tu clima en busca del invierno,
pero tal vez no pueda sufrir tu lejanía.
Tus caricias de cielo, me provocan infierno
y el infierno es el mundo promotor de la vida.
No me iré. Bien lo sabes… Es la noche tan fría
y el hielo de tu ausencia pudiera ser eterno.
Me aferraré a tu mundo en busca de vida,
tal vez el Paraíso, lo encuentre en el infierno.
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